TÍTULO: EL PODER DEL CLIENTE.
SUS DECISIONES.
FECHA: 07 noviembre
de 2015
CONSULTA:
Cómo defender de forma eficaz los derechos que tenemos reconocidos como
usuarios de Telecomunicaciones frente a los abusos de los grandes operadores.
Partiendo
del hecho no controvertido de que los grandes operadores de telecomunicaciones
no respetan los derechos que las leyes reconocen a sus clientes, me parece de
interés realizar una reflexión en orden a considerar como conseguir que las
grandes empresas, en este caso los operadores de Telecomunicaciones, respeten
los derechos de clientes y usuarios.
Como
parte de esta reflexión debemos empezar por analizar por qué los operadores de
telefonía e internet y, en general, todas las grandes empresas, tienden a no
respetar la ley y los derechos de sus clientes. La respuesta parece clara, se
trata de una simple cuestión económica, es decir, la falta de respeto a la Ley
y a los derechos de sus clientes constituye en si misma una práctica que permite
a las operadoras de telefonía mejorar notablemente sus cuentas de resultados.
Esta cuestión no es nueva, ni por supuesto exclusiva del sector de las
Telecomnicaciones, en la actualidad ya hemos podido ver como de forma habitual
nos encontramos con este tipo de prácticas en todos los sectores: inmobiliario,
automoción, sector financiero, energético, etc…
Estando
claro por tanto que el fin perseguido con estas prácticas es mejorar los
resultados económicos de las empresas, parece también evidente que si tales
prácticas tuvieran un impacto negativo en tales cuentas de resultados los
operadores de Telecomunicaciones dejarían de utilizarlas por no servirles al
fin pretendido.
La cuestión por tanto se constriñe a ver que decisiones pueden tomar los clientes o
usuarios para conseguir que una violación de sus derechos afecte de forma
negativa a la cuenta de resultados de la empresa que ha vulnerado tales
derechos. Pues nada más fácil, simplemente tomando la decisión de dejar de
consumir los productos y servicios de la empresa que no ha respetado nuestros
derechos estaríamos consiguiendo que se produzca ese efecto negativo en la cuenta
de resultados de la empresa y como consecuencia conseguiríamos que las empresas
abandonasen tales prácticas.
Un
ejemplo sencillo. Pongamos por caso la subida de tarifas operada por Orange
sobre las tarifas Canguro desde el pasado 20 de septiembre. Imaginemos que el
100% de los clientes afectados por tal vulneración de sus derechos dieran de
baja sus servicios con Orange. Resultaría más que evidente que el resultado de
la vulneración de derechos realizada por Orange se trasladaría de forma
negativa a su cuenta de resultados a consecuencia de la baja de un gran número
de clientes.
Si
esto ocurriera, y teniendo en cuenta que las empresas no son idiotas, sería
fácilmente predecible que Orange no volvería a realizar actuación semejante en
el futuro, por cuanto que ahora sabría que tal acción conllevaría un impacto
negativo en su cuenta de resultados. Pero es más, es posible que tomarán nota también de lo sucedido a Orange con dicha actuación el resto de operadoras de Telecomunicaciones, tomando igualmente por el bien de sus respectivas cuentas de resultados, la decisión de no actuar en el futuro de dicha manera.
Así
pues, fácil y sencillo. Está claro que el verdadero poder lo tiene el cliente.
Ahora bien si los clientes no ejercitamos ese poder que nos es dado por las
empresas para conseguir el mejor servicio al mejor precio y exigir en la forma
expuesta un escrupuloso respeto a los derechos que tenemos reconocidos por la
Ley en nuestra condición de usuarios o clientes, quizás deberíamos admitir que
nos merecemos lo que tenemos. En este sentido no vales excusas: es incómodo el
cambio de compañía, no vamos a conseguir nada, etc... El que quiere algo tiene
que estar dispuesto a pagar el precio que conseguir lo que quiere puede
suponer, incomodidad del cambio, dedicación de cierto tiempo, buscar un buen
asesor, etc… , o si no tendrá que reconocer que realmente no quiere lo que dice que quiere.
Tristemente
por tanto, no puedo sino concluir que si las empresas de telefonía e internet
no respetan los derechos de sus clientes es simple y llanamente porque los
clientes lo permiten, es decir, los clientes no exigen el respeto debido a sus derechos.
J.
Ignacio Pascual
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